JUNIO
Belleza
En un mes dedicado a la búsqueda de otras realidades, de un camino que se salga de lo preestablecido, cosas básicas para poder ir ligera de equipaje en las travesías propuestas como viaje interior y objetivo de las vacaciones. Sólo es necesario un jabón suave que nos sirva para limpiar la piel del cuerpo y de la cara sin resecar (ideal el de lavanda, rosa, ylang-ylang y geranio de John Masters Organics) y un aceite hidratante que podamos extender rápidamente tras la ducha y salir pitando sin más pérdida de tiempo. (Huile Prodigieuse de Nuxe se absorve rápidamente, sirve también para el pelo y deja un sutil aroma).
El toque soñador, una guirnalda de grandes flores en el pelo, rodeando la frente, es lo último. Bucólico y romántico.
Para terminar, el perfume Ma Griffe de Carven, no he podido dejar de probarlo tras leer en Rayuela:
Por eso no tenía nada de extraño que él hablara de sus personajes en la forma más espasmódica imaginable; dar coherencia a la serie de fotos para que pasaran a ser cine (como le hubiera gustado tan enormemente al lector que él llamaba el lector-hembra) significaba rellenar con literatura, presunciones, hipótesis e invenciones los hiatos entre una y otra foto. A veces las fotos mostraban una espalda, una mano apoyada en una puerta, el final de un paseo por el campo, la boca que se abre para gritar, unos zapatos en el ropero, personas andando por el Champ de Mars, una estampilla usada, el olor de Ma Griffe, cosas así.
El toque soñador, una guirnalda de grandes flores en el pelo, rodeando la frente, es lo último. Bucólico y romántico.
Para terminar, el perfume Ma Griffe de Carven, no he podido dejar de probarlo tras leer en Rayuela:
Por eso no tenía nada de extraño que él hablara de sus personajes en la forma más espasmódica imaginable; dar coherencia a la serie de fotos para que pasaran a ser cine (como le hubiera gustado tan enormemente al lector que él llamaba el lector-hembra) significaba rellenar con literatura, presunciones, hipótesis e invenciones los hiatos entre una y otra foto. A veces las fotos mostraban una espalda, una mano apoyada en una puerta, el final de un paseo por el campo, la boca que se abre para gritar, unos zapatos en el ropero, personas andando por el Champ de Mars, una estampilla usada, el olor de Ma Griffe, cosas así.
Sólo quiero caminar
Coger una mochila con lo básico y empezar a caminar. Sólamente necesitas eso. Y hacerlo sola. no quiero tener que evaluar y comentar, comparar y soltar un discursito profundo, sentido e inteligente sobre la belleza del entorno, sobre lo sobrecogedor, la modestia ante la inmensidad, cómo me ha resultado de "camelia". Ni preocuparme porque a la otra persona se le haga ameno, no se canse, no se desmoralice, esté a gusto. Obligarme a que cada día sea interesante, compartir mis pensamientos, ponerlos en palabras, hacerlos teligibles, llevar mi mente hacia lo mundano, lo diario, lo empático, evaluar juntos cada mañana la situación, cada noche lo que ha ocurrido. Ya no es tu viaje, con la descripción en común, los detalles que añade el otro se harán tuyos, ya será "la verdad" del viaje, cuando para ti tal vez pasaron desapercibidos. Tal vez esta opinión esconda la tuya propia que nunca más sabrás cuál era. Tener que llenar silencios durante la travesía, aunque el otro no lo quiera. Pero yo ya no soy yo si estoy con alguien, soy otro yo, que disfruta, que comparte, que sale de su mundo de confort introspectivo. Per ahora necesito estar con el otro yo, con el mío "auténtico". Quiero saber qué le pasa. Y para eso sola necesito caminar, sólo necesito caminar.
Porque hay dos viajes, completamente sola o acompañada. (y no nos vamos a meter en el número y tipo de acompañantes que daría para tres mil artículos).
Hacía un par de años que contemplaba los árboles, los campos, el paisaje, con una euforia profunda y secreta. En ciertos estados anímicos, algunos días, era capaz de sentir por un matojo de hierba, una cerca de madera o un montón de piedras una emoción tan pura e ilimitada como la que solía presentir o esperar de Dios. No podía sentirlo cuando estaba con alguien, como era lógico...
Yo nunca había tenido una amiga. Interfería en mi libertad y hacía que me sintiera en cierto modo falsa, pero al mismo tiempo ampliaba y daba resonancia a la vida. Gritar, soltar palabrotas y arrojarte sobre la nieve no era algo que pudieras hacer sola.
(La vida secreta de las mujeres. Alice Munro).
Porque hay dos viajes, completamente sola o acompañada. (y no nos vamos a meter en el número y tipo de acompañantes que daría para tres mil artículos).
Hacía un par de años que contemplaba los árboles, los campos, el paisaje, con una euforia profunda y secreta. En ciertos estados anímicos, algunos días, era capaz de sentir por un matojo de hierba, una cerca de madera o un montón de piedras una emoción tan pura e ilimitada como la que solía presentir o esperar de Dios. No podía sentirlo cuando estaba con alguien, como era lógico...
Yo nunca había tenido una amiga. Interfería en mi libertad y hacía que me sintiera en cierto modo falsa, pero al mismo tiempo ampliaba y daba resonancia a la vida. Gritar, soltar palabrotas y arrojarte sobre la nieve no era algo que pudieras hacer sola.
(La vida secreta de las mujeres. Alice Munro).