FEBRERO
Living
Comida afrodisíaca
No está científicamente probado que haya alimentos afrodisíacos, es decir, que al ingerirlos aumente nuestro deseo sexual. Pero sí pueden tener propiedades simbólicas, cuya efectividad depende del grado de convicción del comensal. El secreto está en la ambientación, tanto del plato como del lugar donde se vaya a comer. Recetas donde la pareja no sólo disfrute comiendo, sino al ver a su acompañante hacerlo. Comidas donde se utilicen los dedos, alimentos coloridos y que se puedan compartir tendrán mas posibilidades de aumentar la líbido.
Aquí mostramos algunos alimentos comúnmente catalogados como afrodisíacos, unos por recordar a los genitales femeninos como las ostras y los higos, otros a los masculinos como los espárragos o el aguacate. Los frutos secos se cree que tienen propiedades estimulantes y llenan de energía, la fruta natural por ser fresca y jugosa, la nata, helado y chocolate por el sabor y sus posibilidades lúdicas... Miles de posibilidades para variar cada día de menú y valorar tú mismo sus efectos.
Ostras
Aquí mostramos algunos alimentos comúnmente catalogados como afrodisíacos, unos por recordar a los genitales femeninos como las ostras y los higos, otros a los masculinos como los espárragos o el aguacate. Los frutos secos se cree que tienen propiedades estimulantes y llenan de energía, la fruta natural por ser fresca y jugosa, la nata, helado y chocolate por el sabor y sus posibilidades lúdicas... Miles de posibilidades para variar cada día de menú y valorar tú mismo sus efectos.
Ostras
Chocolate
Existe un debate sobre si un componente químico llamado feniletilamina, presente en el chocolate, es afrodisíaco. Hay algunas pruebas que apoyan la teoría de que esta sustancia liberada en el cerebro puede estar relacionada con la atracción sexual y el deseo, pero es degradado rápidamente por las monoamino oxidasas, así que es improbable que alguna concentración significativa alcance el cerebro cuando se consume oralmente.
Otro mito aparte, no hay que negar que visualmente es muy estimulante. Y tiene fama de que es el mejor sustituto del sexo.
En cualquier textura y densidad: negro, trufa, praliné, con leche, amargo... Sólido, líquido, para untar...
Existe un debate sobre si un componente químico llamado feniletilamina, presente en el chocolate, es afrodisíaco. Hay algunas pruebas que apoyan la teoría de que esta sustancia liberada en el cerebro puede estar relacionada con la atracción sexual y el deseo, pero es degradado rápidamente por las monoamino oxidasas, así que es improbable que alguna concentración significativa alcance el cerebro cuando se consume oralmente.
Otro mito aparte, no hay que negar que visualmente es muy estimulante. Y tiene fama de que es el mejor sustituto del sexo.
En cualquier textura y densidad: negro, trufa, praliné, con leche, amargo... Sólido, líquido, para untar...
Fresas y frambuesas
Nata
Helado
Fruta
Comer con las manos
Una pesadilla común a todas las adolescentes era aquel momento en el que empezabas a salir con un chico e irremisiblemente acababas en el burguer de turno charlando y tratando de comer de la manera más delicada, fina y decente una hamburguesa chorreante de ketchup, queso, mostaza, jugo de carne y grasilla en general. Por no hablar de que tenías que desencajar la mandíbula en una mueca horrorosa para abarcar sus múltiples capas de un mordisco.
Empezabas tímidamente con las patatas fritas, mojándolas en el ketchup y estudiando a tu adversario, la mejor manera de hincarle el diente. Al final no disfrutabas de la hamburguesa porque estabas más pendiente del trozo de lechuga que te había quedado colgando en la barbilla empapado de mayonesa, del churre que resbalaba sinuoso entre tus dedos, de cortar a conciencia el trozo de carne del bocado en el que estás inmersa rechinando desquiciadamente los incisivos y limpiándote la boca de brillos y elásticas gotas de satinado aceite. Uhmmmm...
Todo esto mientras hablas, sonríes (suplicando que no haya ninguna pepita de sésamo o restos de lechuga incrustada en alguna zona visible de tu dentadura), te toca contestar a una repentina pregunta mientras tienes la boca a dos carrillos en un error de cálculo fruto del ansia por acabar cuanto antes la maldita comida y poder relajarte y dedicarte a la conversación y ser la delicada y femenina chica que sueles ser.
Sí, nos ha pasado a todas. Y optar por una sosa ensalada como si estuvieras a dieta no es posible. Aparte de que antes no había y es casi peor con esos enormes trozos de lechuga que hay que meter a presión en la boca y que es imposible que no queden colgando una y otra vez, una y otra vez, con su pringoso aliño.
Es un terror de las adolescentes y, ¡por qué no! también de las adultas. El truco es el siguiente: olvídate de lo que estás comiendo y céntrate en la conversación y en la otra persona. Cuando te tomas una hamburguesa con tus amigas no se te cae nada ¿verdad?. No se te queda una rebelde hebra de bacon indecisa entre seguir en el interior de la hamburguesa o saltar hacia tu boca para terminar impactando contra tu barbilla en una bella explosión de vibrante tomate y cebolla caramelizada. Es porque no estás tan pendiente de ti misma, de cada uno de tus movimientos. ¡Disfruta!: chúpate los dedos, relámete, príngate, comparte... Tú te ves desastrosa, pero ellos no se estarán fijando. Lo que más les gusta es una chica que disfrute comiendo, sea lo que sea y como sea.
Empezabas tímidamente con las patatas fritas, mojándolas en el ketchup y estudiando a tu adversario, la mejor manera de hincarle el diente. Al final no disfrutabas de la hamburguesa porque estabas más pendiente del trozo de lechuga que te había quedado colgando en la barbilla empapado de mayonesa, del churre que resbalaba sinuoso entre tus dedos, de cortar a conciencia el trozo de carne del bocado en el que estás inmersa rechinando desquiciadamente los incisivos y limpiándote la boca de brillos y elásticas gotas de satinado aceite. Uhmmmm...
Todo esto mientras hablas, sonríes (suplicando que no haya ninguna pepita de sésamo o restos de lechuga incrustada en alguna zona visible de tu dentadura), te toca contestar a una repentina pregunta mientras tienes la boca a dos carrillos en un error de cálculo fruto del ansia por acabar cuanto antes la maldita comida y poder relajarte y dedicarte a la conversación y ser la delicada y femenina chica que sueles ser.
Sí, nos ha pasado a todas. Y optar por una sosa ensalada como si estuvieras a dieta no es posible. Aparte de que antes no había y es casi peor con esos enormes trozos de lechuga que hay que meter a presión en la boca y que es imposible que no queden colgando una y otra vez, una y otra vez, con su pringoso aliño.
Es un terror de las adolescentes y, ¡por qué no! también de las adultas. El truco es el siguiente: olvídate de lo que estás comiendo y céntrate en la conversación y en la otra persona. Cuando te tomas una hamburguesa con tus amigas no se te cae nada ¿verdad?. No se te queda una rebelde hebra de bacon indecisa entre seguir en el interior de la hamburguesa o saltar hacia tu boca para terminar impactando contra tu barbilla en una bella explosión de vibrante tomate y cebolla caramelizada. Es porque no estás tan pendiente de ti misma, de cada uno de tus movimientos. ¡Disfruta!: chúpate los dedos, relámete, príngate, comparte... Tú te ves desastrosa, pero ellos no se estarán fijando. Lo que más les gusta es una chica que disfrute comiendo, sea lo que sea y como sea.
¿Decirlo con flores?
Podemos ir de pasotas y transgresoras, pero ¿a quién no le gusta que le regalen flores? Pues a mí no me agrada especialmente por lo que tiene de manido, estereotipado y sin sentimiento. Es como un trámite más. "En San Valentín, encargo por teléfono las mismas flores de siempre y que se las lleven a su trabajo que a ella le encanta ese rollo de que lo vean sus compañeras". Deshojaría las flores de ese espléndido ramo de un golpe seco en la cocorota de semejante sujeto, y lo haría encantada de la vida. Tal como me llegaron se las mandaría directamente a su trabajo para que vieran sus compañeros lo mucho que le quiero yo también y aprecio sus detalles.
Sí a las flores originales, a los ramos escogidos con esmero y cariño, mejor si es una maceta por no regalar flores agonizantes, con mensaje: las campanillas indican coquetería o sumisión, la camelia roja, amor ardiente y eterno (mientras la blanca significa orgullo al ser rechazado), el clavel es en todas sus tonalidades símbolo de pasión, la gardenia es sinceridad, y la tan traída y llevada rosa, depende del color.
No es que vayamos a empezar con los mensajitos florales, pero es cierto que hay miles de flores y cada año se puede descubrir una diferente.
También hay que fijarse en su forma como ocurre con la orquídea, o las que acompañan este artículo. Independientemente de su significado, sugieren un mensaje muy explícito.
Sí a las flores originales, a los ramos escogidos con esmero y cariño, mejor si es una maceta por no regalar flores agonizantes, con mensaje: las campanillas indican coquetería o sumisión, la camelia roja, amor ardiente y eterno (mientras la blanca significa orgullo al ser rechazado), el clavel es en todas sus tonalidades símbolo de pasión, la gardenia es sinceridad, y la tan traída y llevada rosa, depende del color.
No es que vayamos a empezar con los mensajitos florales, pero es cierto que hay miles de flores y cada año se puede descubrir una diferente.
También hay que fijarse en su forma como ocurre con la orquídea, o las que acompañan este artículo. Independientemente de su significado, sugieren un mensaje muy explícito.
Crear ambiente
Velvet Blush de Belle Fleur llenará tu habitación del aroma a absoluto de rosa de Turquía, magnolia, madera de agar, peonía, sándalo, pachuli y vainilla. Sensual, sexy y satinado.
Curvas sensuales
Recetas de bruja para enamorar
El libro Recetas de Bruja. Cocina para enamorar de Brigitte Bulard- Cordeau recoge cien recetas mágicas, explicadas paso a paso, y aderezadas con un sinfín de hechizos, brebajes y curiosidades.
No sabemos si tendrá los mismos efectos que los platos con pétalos de rosa preparados por Tita en Como agua para chocolate, pero el simple hecho de pensar en el objetivo a conseguir y prepararlo con amor hará que obtengas resultados. También podéis cocinar a dúo, mezclar los ingredientes, amasarlos, introducir los dedos, mancharos, chupar los restos, probar, dar a probar... ¡A ver si acabáis el plato!
No sabemos si tendrá los mismos efectos que los platos con pétalos de rosa preparados por Tita en Como agua para chocolate, pero el simple hecho de pensar en el objetivo a conseguir y prepararlo con amor hará que obtengas resultados. También podéis cocinar a dúo, mezclar los ingredientes, amasarlos, introducir los dedos, mancharos, chupar los restos, probar, dar a probar... ¡A ver si acabáis el plato!
Beber, verter. Champagne Rosé
Paredes desnudas
Puede parecer frío a simple vista pero en cuestión de decoración es una tendencia cada vez más buscada: conservar antiguas paredes y dejar el ladrillo visto, o en la misma piedra. Rascar incluso para llegar a la construcción original y mantener las diferentes capas, respetando irregularidades y zonas no uniformes, techos altos, desconchones, encalados contrastados con manchas de color y yesos. Ir dejando que la construcción te hable de vidas pasadas, de cambios, intromisiones, gustos, modas... Con vida propia.
Dispenser!!
Optimizar la compañía
No te traerá el desayuno a la cama, puede que ronque y que se atraviese ocupando "algo" de espacio. Pero las ventajas son innumerables: calienta la cama, está muy suave y pesa relativamente poco por lo que le puedes mover y cambiar de postura a tu antojo. Las satisfacciones, numerosas: tenerle cerca, verle dormir plácidamente o mirarte soñoliento mientras paseas tu insomnio por la habitación, no se queja si enciendes la luz o la tele a horas intempestivas, se despierta para compartir tu picoteo nocturno, te espera con un ojo abierto hasta que vuelves del baño para asegurarse de que todo va bien y te despertará con un cálido lengüetazo, empujándote o mirándote fijamente. Y siempre, siempre contento, no sabe de un mal despertar ni de "no soy perro hasta que no me tomo un café". ¿alguien necesita más motivos?
¡¡Rojo-Rosae!!
Prueba a calentar el ambiente con un rojo candente para estos días de frío, ¡¡funciona!! Y hay que reconocer que resulta muy estimulante. En sábanas, cojines y cortinas pero también ten a mano una bombilla o pantalla de lámpara en este tono, dan una luz favorecedora, sensual y cálida. Proporcionan un ambiente acogedor de inmediato. Es el color del amor, pasión, furia, sangre, peligro, excitación, conquista y dominio, y nos induce a ejercer relajadamente una desinhibida seducción. Si quieres un ambiente más suave y sensual, mejor elige el femenino rosa.
Un sitio para estar
Este diseño sólo podía ser nórdico. Llama la atención que en estos países de vida tan recogida y casera estén al mismo tiempo tan expuestos. Es difícil encontrar cortinas, imposible que haya persianas, imagino que para poder aprovechar hasta el último rayo de sol que se digne a aparecer. Claro que muy al norte viven el sol de medianoche en el que sólo hay día, supongo que el vendedor de antifaces para dormir se habrá forrado.
Inevitablemente, mis ojos ibéricos se introducen en estas estancias: cocinas, salones, dormitorios... Para observar la decoración y captar instantes de intimidad ajena. Y no puede dejar de sorprenderme que no se sientan incómodos, observados, exhibidos. Yo, como decía Miguel Hernández, nada más soy yo cuando estoy solo.
Porque no es que hagamos nada raro cuando estamos solos, leyendo, escribiendo, buscando el cargador del móvil... No somos conscientes de nada más que de los derroteros de nuestra mente, ¿tal vez hablamos con nosotros mismos?, ¿sonreímos?, ¿gesticulamos al recordar una conversación embarazosa? ¿a alguien?... Sólo nos paramos a pensarlo cuando tras un rato en supuesta soledad descubrimos que había alguien más con nosotros. Durmiendo en un rincón que no esperábamos, relajado en un sitio insospechado... Entonces nos invade una fulminante sensación de sorpresa y vergüenza, y pasamos a repasar rápidamente en qué estábamos inmersos, qué hemos hecho, si iba acompañado de algún aspaviento. Profundamente contrariados al ser descubiertos en un momento de los más íntimos, los que pasamos a solas con nosotros mismos.
Una y otra vez hay acciones de nuestra propia persona que realizamos sólo para esa persona nuestra, y que en ningún caso están destinadas a nadie que no sea nuestra propia persona.
(Corrección. Thomas Bernhard)
Inevitablemente, mis ojos ibéricos se introducen en estas estancias: cocinas, salones, dormitorios... Para observar la decoración y captar instantes de intimidad ajena. Y no puede dejar de sorprenderme que no se sientan incómodos, observados, exhibidos. Yo, como decía Miguel Hernández, nada más soy yo cuando estoy solo.
Porque no es que hagamos nada raro cuando estamos solos, leyendo, escribiendo, buscando el cargador del móvil... No somos conscientes de nada más que de los derroteros de nuestra mente, ¿tal vez hablamos con nosotros mismos?, ¿sonreímos?, ¿gesticulamos al recordar una conversación embarazosa? ¿a alguien?... Sólo nos paramos a pensarlo cuando tras un rato en supuesta soledad descubrimos que había alguien más con nosotros. Durmiendo en un rincón que no esperábamos, relajado en un sitio insospechado... Entonces nos invade una fulminante sensación de sorpresa y vergüenza, y pasamos a repasar rápidamente en qué estábamos inmersos, qué hemos hecho, si iba acompañado de algún aspaviento. Profundamente contrariados al ser descubiertos en un momento de los más íntimos, los que pasamos a solas con nosotros mismos.
Una y otra vez hay acciones de nuestra propia persona que realizamos sólo para esa persona nuestra, y que en ningún caso están destinadas a nadie que no sea nuestra propia persona.
(Corrección. Thomas Bernhard)
Deco: Nina Zupanc
Recordar...
En la cama no se hacen promesas, ni se piden ni se creen. Hay mejores cosas que hacer. La máxima, como en casi todo en esta vida, es: más actuar y menos hablar.