AGOSTO 2016
Edito
- Ahora no podría volver. Estoy en el umbral. Veo vastas tierras del espíritu extenderse ante mí, llamándome, y tengo que recorrerlas.
- ¿Qué crees que vas a encontrar en ellas?
(El filo de la navaja. Somerset Maugham)
La antigua magia había dado con él. Había emprendido un viaje. Sabía que no podría abstenerse de Proseguirlo.
(El arco iris de realidad. Thomas Pynchon)
Sólo quiero caminar.
No es tan importante el destino. O sí.
Es importante, para tener una dirección. Eso es más importante que un destino.
El destino es como algo intangible, y a ser posible poco definido, hacia el que tendemos.
Pero no hay que conseguirlo, Qué va.
Aunque ayuda perfilarlo porque determina nuestra dirección. Y la dirección es lo importante en esta vida.
Puedes llevar una dirección cogiendo variados atajos.
Algunos te entretienen, otros te apartan, te enseñan, te descubren nuevas direcciones.
Es posible que el destino también vaya modificándose, variando, desprendiéndose de ciertas ideas, recogiendo/asumiendo/integrando otras nuevas, muy poco a poco, casi de manera imperceptible.
Y podemos avanzar más rápido o más lento. Y el avance nunca se medirá por el espacio, ni siquiera por el tiempo. El avance depende del punto donde estamos ahora, que es el primero que debemos determinar, y con el que tenemos que ser muy sinceros. Lo más difícil es reconocer dónde te encuentras.
Primero, determina donde estás.
Pero ni siquiera tienes que decidirlo ahora mismo. Es posible que lo vayas descubriendo mientras andas, que se vaya desplegando un camino interior que corre paralelo al que marcan tus pies.
Igual ocurre con el destino, no hace falta que te escudriñes ubicándolo, definiéndolo. Muy en el fondo lo sabes, lo reconoces, es tuyo. Has venido con él.
Pero sí tienes tal vez que parar, no para pensar en él, que esto no sirve para nada, sino para echar miles de ideas opacas inservibles y fantasiosas sobre su brillante núcleo.
Simplemente detente y no hagas nada, no pienses, evita siempre pensar y abúrrete.
Cuando retomes el camino verás que el destino está más claro.
No más claro, sino que no tienes que pensar en él, que te diriges hacia allí sin dudar.
Pero mientras, sigue caminando, sin un destino, sin un destino concreto, tus pies ya te dirigen hacia él aunque no pongas intención. Aunque no te des cuenta.
Y no me importa el paisaje, y no me importa la compañía, y no me importa dónde descanso, ni qué me encuentro.
Todo lo que ocurre es mágico, y tiene una lección detrás.
¿Eres capaz de abrir los ojos y esperar?
Esperar a que se dé la vuelta como una orquídea y te muestre ese espacio maravilloso.
Este mes me voy de vacaciones, ¡sí!, y me voy a caminar, a caminar y a ponerme contra las cuerdas, salir de mi zona de confort y permitir que el ojo viaje, al estilo Diana Vreeland.
Estaré en Asia enfrentándome a dioses y demonios. Conociéndolos y tratándolos de cerca.
Me asusta, no nos vamos a engañar, pero veremos qué sale de todo eso.
Y a la vuelta hay planes, grandes planes. Veremos qué sale también de todo eso.
Expectativas y miedos. Siempre grandes burbujas infladas y desmeduradas, o fantasmas de ideas que huyen.
Y en mi maleta tres prendas impresecindibles de equipaje:
- Paciencia: sacando de donde no hay. Porque no hay y me la voy a tener que inventar. Lo sé.
- Grandes dosis de humor.
- Y sin duda, improvisación.
Salir de mi caparazón, abrir el espacio y relacionarme.
He recibido una frase llena de aliento.
Sólo una persona no se ha preocupado, admonitoria, responsable y aguafiestas: Manoli, que me ha mirado dos segundos y me ha dicho: "a la aventura".
Muchas aventuras tiene Manoli en cada pliegue de sus agrietadas arrugas.
Y digo yo: pues claro que sí: rock and roll y disfrutar de una experiencia única
Estar sentado el menor tiempo posible; no dar crédito a ningún pensamiento que no haya nacido al aire libre y pudiendo nosotros movernos con libertad, a ningún pensamiento en el cual no celebren una fiesta también los músculos. Todos los prejuicios proceden de los intestinos. La carne sedentaria -lo he dicho en otra ocasión- es el auténtico pecado contra el espíritu.
Nietszche
¿Por qué busco viajar? Viajar sola te acerca a Adam Kadmon, Purusha, lo inmutable que hay en ti.
Estaré en Asia enfrentándome a dioses y demonios. Conociéndolos y tratándolos de cerca.
Me asusta, no nos vamos a engañar, pero veremos qué sale de todo eso.
Y a la vuelta hay planes, grandes planes. Veremos qué sale también de todo eso.
Expectativas y miedos. Siempre grandes burbujas infladas y desmeduradas, o fantasmas de ideas que huyen.
Y en mi maleta tres prendas impresecindibles de equipaje:
- Paciencia: sacando de donde no hay. Porque no hay y me la voy a tener que inventar. Lo sé.
- Grandes dosis de humor.
- Y sin duda, improvisación.
Salir de mi caparazón, abrir el espacio y relacionarme.
He recibido una frase llena de aliento.
Sólo una persona no se ha preocupado, admonitoria, responsable y aguafiestas: Manoli, que me ha mirado dos segundos y me ha dicho: "a la aventura".
Muchas aventuras tiene Manoli en cada pliegue de sus agrietadas arrugas.
Y digo yo: pues claro que sí: rock and roll y disfrutar de una experiencia única
Estar sentado el menor tiempo posible; no dar crédito a ningún pensamiento que no haya nacido al aire libre y pudiendo nosotros movernos con libertad, a ningún pensamiento en el cual no celebren una fiesta también los músculos. Todos los prejuicios proceden de los intestinos. La carne sedentaria -lo he dicho en otra ocasión- es el auténtico pecado contra el espíritu.
Nietszche
¿Por qué busco viajar? Viajar sola te acerca a Adam Kadmon, Purusha, lo inmutable que hay en ti.
...es preciso que volvamos a esos tiempos antiguos, que volvamos a las montañas, a los bosques, a los valles mágicos y encantados y encantadores para restaurar nuestro lazo con la fuente de la vida. Inhalar y dejarnos elevar hasta los confines del universo, exhalar y vibrar el cosmos de vuelta en nuestro interior.
Yo creo que quien se ha parado a sentir el silencio, a escuchar el silencio, sabe que es el momento de escuchar el mensaje de la piel, sabe escuchar a las piedras, lo que la piedra tiene que decir.
...toda esa sabiduría de los antiguos, esa sabiduría que está llena de bondad y existe entre la piedra y entre el cielo, que puedes comulgar con la vibración sagrada de los animales, de los minerales, de las plantas y finalmente, puedes fusionar tu propia expiración con la de todos los seres vivos.
Quizá de esa manera, cuando regresemos a casa después de este viaje interior y exterior, quizá podamos sentarnos en nuestra habitación, coger el rosario y recitar nuestro mantra. Y quizá podamos mover el mundo a nuestro alrededor.
En uno de esos secretos yo digo que la Tierra es un planeta que tiene siempre una órbita fija, pero sin embargo nunca pasa dos veces por el mismo lugar del cosmos, pero tampoco sobrepasa ciertos límites... Estamos volando montados en un barco espacial, estamos viajando a 30 km por segundo por el cosmos, ¡es increíble!
¿Cómo puede alguien estar deprimido haciendo este viaje interestelar? Levanta del sofá y aprende a mirar, y aprende a vivir. De eso se trata este libro: de que nos demos cuenta, de que abramos los ojos, que formemos parte realmente de este viaje galáctico estando presentes.
La Taberna del Derviche para el programa Espacio en Blanco (RNE)
Yo creo que quien se ha parado a sentir el silencio, a escuchar el silencio, sabe que es el momento de escuchar el mensaje de la piel, sabe escuchar a las piedras, lo que la piedra tiene que decir.
...toda esa sabiduría de los antiguos, esa sabiduría que está llena de bondad y existe entre la piedra y entre el cielo, que puedes comulgar con la vibración sagrada de los animales, de los minerales, de las plantas y finalmente, puedes fusionar tu propia expiración con la de todos los seres vivos.
Quizá de esa manera, cuando regresemos a casa después de este viaje interior y exterior, quizá podamos sentarnos en nuestra habitación, coger el rosario y recitar nuestro mantra. Y quizá podamos mover el mundo a nuestro alrededor.
En uno de esos secretos yo digo que la Tierra es un planeta que tiene siempre una órbita fija, pero sin embargo nunca pasa dos veces por el mismo lugar del cosmos, pero tampoco sobrepasa ciertos límites... Estamos volando montados en un barco espacial, estamos viajando a 30 km por segundo por el cosmos, ¡es increíble!
¿Cómo puede alguien estar deprimido haciendo este viaje interestelar? Levanta del sofá y aprende a mirar, y aprende a vivir. De eso se trata este libro: de que nos demos cuenta, de que abramos los ojos, que formemos parte realmente de este viaje galáctico estando presentes.
La Taberna del Derviche para el programa Espacio en Blanco (RNE)