JUNIO 2015
Edito
Huele a vacaciones... uhmmm... ¡¡sí!! Este año son esperadísimas, y merecidas también. (si no me lo digo yo...) Nada especial, sólo disfrutar de mi casa, de mis libros, mi perra, la piscina y pequeñas escapadas. De preparar platos en casa, salir a cenar cuando el calor amaine, a respirar en una terraza.
Ya en junio vamos organizando (es mentira, ¡antes!) los deseados días off. Viajes.
Yeah, huele árido, quema las fosas nasales, el polvo que reseca todo.
Pieles tirantes, perfumes florales, telas ligeras.
Tengo la ventana abierta, me siento hiperactiva con este calor, en camisetilla y tirantes, descalza; el uniforme que llevaría de por vida.
Todo oscuro, palpitante.
Un flexo encendido, la pantalla de mi ordenador, un mar flúor que atrae a un ávido mosquito despistado.
El vaso de agua medio vacío, con hielos deshechos a punto de relegar el contenido a un estado tibio, espeso y desagradable.
Y la misma música chill out, sí, repetitiva y monótona, pero relajante y endorfínica al mismo tiempo.
Deseo que la noche no acabe, este estado de claridad mental no acabe, ni la felicidad latente.
Tal como a mí me gusta. Estoy donde debo estar. (Kafka en la orilla. Haruki Murakami)
https://www.youtube.com/watch?v=JCfaZsWRE6E
Ya en junio vamos organizando (es mentira, ¡antes!) los deseados días off. Viajes.
Yeah, huele árido, quema las fosas nasales, el polvo que reseca todo.
Pieles tirantes, perfumes florales, telas ligeras.
Tengo la ventana abierta, me siento hiperactiva con este calor, en camisetilla y tirantes, descalza; el uniforme que llevaría de por vida.
Todo oscuro, palpitante.
Un flexo encendido, la pantalla de mi ordenador, un mar flúor que atrae a un ávido mosquito despistado.
El vaso de agua medio vacío, con hielos deshechos a punto de relegar el contenido a un estado tibio, espeso y desagradable.
Y la misma música chill out, sí, repetitiva y monótona, pero relajante y endorfínica al mismo tiempo.
Deseo que la noche no acabe, este estado de claridad mental no acabe, ni la felicidad latente.
Tal como a mí me gusta. Estoy donde debo estar. (Kafka en la orilla. Haruki Murakami)
https://www.youtube.com/watch?v=JCfaZsWRE6E
JUNIO ÁRIDO
Y por supuesto huele a viajes, escapadas, poca ropa y pies sobre el salpicadero con el aire que entra por la ventanilla revolviendo el pelo enloquecido, que cosquillea en la cara, que te impide abrir los ojos. Pelo enloquecido reflejo del más enloquecido movimiento de tus neuronas.
Cabeza hacia atrás, mostrando el cuello al depredador, totalmente sumisa.
Dejándote llevar
¿Dónde iremos esta vez?
Expectativas, felicidad, despreocupación,
No puede pasar nada malo porque venga lo que venga, está bien. Será el camino del dharma.
Lo importante es no oponer resistencia, lo importante es colaborar y fluir con el ritmo de la vida, de los acontecimientos..
Junio. Siempre que leo esta palabra en el calendario me vienen a la mente escenas llenas de un sol luminoso, implacable, una sequedad desértica.
Más que agosto o julio, junio me hace pensar en arena, color amarillo y piel seca.
Labios secos.
Gota de sudor que empieza a aglomerarse en la frente.
Despreocupación, pies libres, una carretera, un coche.
Sin destino, sin expectativas, sin prisas.
Y Omar Souleyman sonando en la radio.
https://www.youtube.com/watch?v=3h4fffhl0IM
Herder partió a bordo de una nave que llevaba centeno y lino a Nantes,
aunque para él mismo la meta del viaje era incierta todavía.
Pensaba en la posibilidad de desembarcar en Copenhague,
pero también en la de cambiar de barco en la costa
del norte de Francia para dirigirse a destinos más lejanos.
La incertidumbre le avivaba la imaginación:
“Igual que los apóstoles y los filósofos
voy al mundo para verlo sin preocupación".
Hacerse a la mar significaba cambiar el elemento de la vida,
trocar lo firme por lo fluido, lo cierto por lo incierto,
conquistar distancia y extensión.
También se agitaba la pasión de un nuevo comienzo.
(Romanticismo, una odisea del espíritu alemán. Rudiger Safranski).
Y por supuesto huele a viajes, escapadas, poca ropa y pies sobre el salpicadero con el aire que entra por la ventanilla revolviendo el pelo enloquecido, que cosquillea en la cara, que te impide abrir los ojos. Pelo enloquecido reflejo del más enloquecido movimiento de tus neuronas.
Cabeza hacia atrás, mostrando el cuello al depredador, totalmente sumisa.
Dejándote llevar
¿Dónde iremos esta vez?
Expectativas, felicidad, despreocupación,
No puede pasar nada malo porque venga lo que venga, está bien. Será el camino del dharma.
Lo importante es no oponer resistencia, lo importante es colaborar y fluir con el ritmo de la vida, de los acontecimientos..
Junio. Siempre que leo esta palabra en el calendario me vienen a la mente escenas llenas de un sol luminoso, implacable, una sequedad desértica.
Más que agosto o julio, junio me hace pensar en arena, color amarillo y piel seca.
Labios secos.
Gota de sudor que empieza a aglomerarse en la frente.
Despreocupación, pies libres, una carretera, un coche.
Sin destino, sin expectativas, sin prisas.
Y Omar Souleyman sonando en la radio.
https://www.youtube.com/watch?v=3h4fffhl0IM
Herder partió a bordo de una nave que llevaba centeno y lino a Nantes,
aunque para él mismo la meta del viaje era incierta todavía.
Pensaba en la posibilidad de desembarcar en Copenhague,
pero también en la de cambiar de barco en la costa
del norte de Francia para dirigirse a destinos más lejanos.
La incertidumbre le avivaba la imaginación:
“Igual que los apóstoles y los filósofos
voy al mundo para verlo sin preocupación".
Hacerse a la mar significaba cambiar el elemento de la vida,
trocar lo firme por lo fluido, lo cierto por lo incierto,
conquistar distancia y extensión.
También se agitaba la pasión de un nuevo comienzo.
(Romanticismo, una odisea del espíritu alemán. Rudiger Safranski).
Podría pasarme la vida lamiéndome las heridas y aún no cicatrizarían. Mejor me levanto y salgo de este estéril letargo. Y vuelvo a empezar, a empezar a creer que hay alguna opción de ganar.
No me importa si eres listo o idiota, te voy a querer igual. Si apareces ahora mismo entre los peces, te voy a perdonar cualquier pecado mortal. Podría por fin demostrarse que todo es un sinsentido, y aún no existirían los caminos. Podría hacerme leer la mano seis veces al año, y aún no sabría dónde ir. (...) Me conformaré con ver la vida pasar. Nada de esto será trascendental. Oda al amor efímero, Tulsa https://www.youtube.com/watch?v=zFxhTNmDHHw |