MARZO 2017
Edito
I have no time to be in a hurry.
Thoreau
How we spend our days is, in fact, how we spend our lives. (Annie Dillard).
El día va desenrollándose con su dominó de segundos y minutos: horas... Y me encuentro en medio de la mañana con la mente dispersa, tal vez de mal humor, con mis pensamientos en el mismo bucle, totalmente dirigida por ellos. Salgo a pasear por la mañana y no es un paseo "shinrin yoku " sino que salgo escopetada como si huyera de algo. Mis pensamientos me espolean.
De repente, en algún momento, me doy cuenta de que YO no he recorrido el camino que tengo detrás de mí. Ha sido otra la que ha ido dejando sus huellas. Yo estaba muy lejos. En el futuro inexistente, en el pasado inexistente.
Sólo si me cruzo con alguien aterrizo unos segundos.
Y me trastorna tanto que alguien me interrumpa... Es como si me asaltaran, me atacaran. Me molesta tener que bajar de la nube para interactuar, por poco que sea, para estar atenta.
Pero lo mismo con todo. La hora de la comida. Soy incapaz de comer despacio saboreando, oliendo, masticando lentamente. Siendo consciente de que estoy comiendo. Sigo con la cabeza a mil por hora y, como no hay caminito por el que deslizarme inconscientemente y en plena huida, cojo el móvil para leer noticias, artículos, novedades, ver fotos que me sirvan de inspiración... Para no sentir que estoy perdiendo el tiempo. Para no seguir desbordada con miles de pensamientos en bucle, en espiral frenética hacia algún agujero negro neuronal como agua tragada por desagüe.
Perdiendo el tiempo.
Y posponiendo lo valioso para mañana. Lo importante.
Así que es el momento de echar el freno. Aunque parezca un mar de calma, en mí late la ansiedad.
Que no llego, lo que tengo que leer, aprender, estudiar, memorizar, plasmar, adónde quiero llegar... Y siempre voy tarde. Pocas veces he estado satisfecha y sintiéndome "in time".
Como este sueño que se repetía hace tiempo: quiero avanzar pero no puedo, estoy sumergida hasta la cintura en el agua, o en medio de un escarpado campo de trigo donde mis pies se hunden en tierra blanda. Quiero ir más deprisa pero me es imposible. Y quiero ir más deprisa porque algo me persigue.
Es fascinante cómo el subconsciente crea imágenes de sensaciones y cómo te golpea con una emoción en medio de tu sueño.
La ansiedad como ese estrechamiento en la garganta que dificulta respirar, que te aprisiona.
Pero la ansiedad como ese hormigueo impotente en las piernas, corvas y muslos, directamente conectado con el agarrotamiento en la tráquea.
Y una sensación blanda en el cuerpo.
Seguro que puedes recrear la sensación: estás en la playa, en la piscina, y jugando, alguien quiere alcanzarte, entonces corres dentro del agua, ayudándote de las manos mientras miras hacia atrás de reojo para ver si te pilla, para ver cómo te pilla.
Pero sigues resistiendo como loca, salpicando, inclinándote hacia delante, entre risas desquiciadas... el cazador cada vez más cerca... y hay un segundo en el que, en medio de la lucha, con sus dedos rozándote el gemelo, a punto de agarrarte, te rindes. Claudicas y te dejas atrapar. Y ese preciso segundo es muy dulce.
Observas que era tan fácil... ¿Por qué te resistías?
El psoas es el único músculo que conecta la columna con las piernas. Está relacionado a través de ligamentos y tejido conectivo con el diafragma.
El psoas, el músculo o sede del alma, como lo llaman en oriente, y sigo leyendo: "...estudios recientes consideran además al psoas, un órgano de percepción compuesto por tejido bio-inteligente que encarna, literalmente, nuestro deseo más profundo de supervivencia y de florecer. Es decir, es el mensajero primario del sistema nervioso central, por lo que es considerado también como un portavoz de emociones (“de las mariposas en la tripa”). Esto es debido a que el psoas está conectado con el diafragma a través del tejido conectivo o fascia, por lo se ve afectado tanto en la respiración, como en el miedo reflejo..."
Y sin que nadie me lo diga sé que es este músculo el que me hace estrechar la respiración y la inquietud en las piernas: supervivencia, miedo, emociones, florecer...
La sensación está presente aunque no sueñe con persecuciones. No me hace falta soñar, la observo cada día.
Y lo gracioso es que ya sé que por mucho correr, agobiarme y desear llegar a un lado, no voy a conseguirlo antes. Lo conseguiré cuando me relaje, y deje que pase.
Así que ése es el tema del mes. Echar freno y disfrutar cada uno de los segundos de nuestros días, porque como dice Mrs Willard, así será nuestra vida.
No hay prisa, lo hacemos cuando podamos e intentemos disfrutar cada segundo con lo que estamos haciendo no con lo que deberíamos estar haciendo, o desearíamos, o nos imaginamos en el mundo irreal de todas esas fotos llenas de filtros en las redes sociales.
Así que hagamos que cada día sea fantástico, una hoja en blanco en el que comenzamos de cero una y otra vez.
Aunque te acuerdes de la hoja en blanco a media mañana cuando ya has incumplido varios de los objetivos en los que estás trabajando a nivel personal, espiritual porque ni te has acordado ni has visualizado esta hoja en blanco, vaciando el cerebro, estableciendo tu propósito.
Empezando otra vez desde cero, aunque ayer fuera un desastre, aunque lleves días sin acordarte de la hoja en blanco y pensar en las emociones y sensaciones de los pasados días te hagan sentir como en el centro de un huracán, totalmente descontrolada y a merced de los vientos de tu carácter. .
Una y otra vez. Una y otra vez.
Una película y un estilo de vida. Tal vez no tienen nada que ver pero algo los asoció en la mente.
Capitán Fantastic y el mundo del surf.
Cada cosa bajo mi lupa, claro está. No soy ninguna surfera así que lo que pueda asociar de imágenes, películas y retazos de información que haya almacenado en el disco duro de mi mente a lo largo de los años.
Captain Fantastic, pese a lo utópico, me he divertido con su visión intelectual, anti sistema, ecológica, original, defendiendo ideas propias, relajada, excéntrica...
Por aquí encontrarás energy balls, olores que recuerdan a la playa, sabor salino, color pastel, cuerpos flexibles al aire libre, liberados de las cadenas de bufandas, abrigos, el candado de guantes, el atosigamiento de echarpes y coberturas.
Saca pañuelos, bermudas, camisetas en tonos flúor con rebecas XXL, zapatillas y olores tropicales: monoi, moringa, beach waves en el pelo y camiseta desgastada en pecho. Ese aire alegre, despreocupado, sano, deportista, Nos vamos despidiendo del invierno, increíble pero cierto. Según el Ayurveda, el invierno está regido por el dosha Kapha, cuya esencia sutil es Ojas a desarrollar en Living.
¿Más deberes? Se trata de planificar y soltar si no llegas porque realmente no importa, pero hay que obligarse a materializar tanta idea y buena intención y evitar que siga siendo una mosca cojonera que sólo te echa en cara que siga "pendiente".
Y termino recordando mis paseos de la mañana, la prisa por terminar, no disfrutar del paseo y recuerdo las bellas frases de la monja budista Jeong Kwan:
If you look into yourself, you see past, present, and future. You see that time revolves endlessly. You can see past from the present. By looking into myself, I see my grandmother, my mother, the elders in the temple, and me. As a result, by making soy sauce, I am reliving the wisdom of my ancestors. I am reliving them. It’s not important who or when. What is important is that I’m doing it in the present.
I use soy sauce, and I acknowledge its importance. It is no longer just me that’s doing things. It’s me in the past, in the present, and even in the future. Soy sauce is eternal. It is life itself.
(Si miras en tu interior, ves el pasado, presente y futuro. Ves que el tiempo gira interminablemente. Puedes ver el pasado desde el presente. Mirando dentro d mí, veo a mi abuela, mi madre, mis ancestros en el templo y a mí misma. Mientras hago salsa de soja estoy evocando la sabiduría de mis ancestros, los devuelvo a la vida. No es importante quién o cuándo. Lo que importa es lo que hago en el presente.
Utilizo salsa de soja, y valoro su importancia. No soy simplemente yo la que la prepara, es mi yo pasado, e incluso mi yo futuro. La salsa de soja es eterna, es la vida misma).
Thoreau
How we spend our days is, in fact, how we spend our lives. (Annie Dillard).
El día va desenrollándose con su dominó de segundos y minutos: horas... Y me encuentro en medio de la mañana con la mente dispersa, tal vez de mal humor, con mis pensamientos en el mismo bucle, totalmente dirigida por ellos. Salgo a pasear por la mañana y no es un paseo "shinrin yoku " sino que salgo escopetada como si huyera de algo. Mis pensamientos me espolean.
De repente, en algún momento, me doy cuenta de que YO no he recorrido el camino que tengo detrás de mí. Ha sido otra la que ha ido dejando sus huellas. Yo estaba muy lejos. En el futuro inexistente, en el pasado inexistente.
Sólo si me cruzo con alguien aterrizo unos segundos.
Y me trastorna tanto que alguien me interrumpa... Es como si me asaltaran, me atacaran. Me molesta tener que bajar de la nube para interactuar, por poco que sea, para estar atenta.
Pero lo mismo con todo. La hora de la comida. Soy incapaz de comer despacio saboreando, oliendo, masticando lentamente. Siendo consciente de que estoy comiendo. Sigo con la cabeza a mil por hora y, como no hay caminito por el que deslizarme inconscientemente y en plena huida, cojo el móvil para leer noticias, artículos, novedades, ver fotos que me sirvan de inspiración... Para no sentir que estoy perdiendo el tiempo. Para no seguir desbordada con miles de pensamientos en bucle, en espiral frenética hacia algún agujero negro neuronal como agua tragada por desagüe.
Perdiendo el tiempo.
Y posponiendo lo valioso para mañana. Lo importante.
Así que es el momento de echar el freno. Aunque parezca un mar de calma, en mí late la ansiedad.
Que no llego, lo que tengo que leer, aprender, estudiar, memorizar, plasmar, adónde quiero llegar... Y siempre voy tarde. Pocas veces he estado satisfecha y sintiéndome "in time".
Como este sueño que se repetía hace tiempo: quiero avanzar pero no puedo, estoy sumergida hasta la cintura en el agua, o en medio de un escarpado campo de trigo donde mis pies se hunden en tierra blanda. Quiero ir más deprisa pero me es imposible. Y quiero ir más deprisa porque algo me persigue.
Es fascinante cómo el subconsciente crea imágenes de sensaciones y cómo te golpea con una emoción en medio de tu sueño.
La ansiedad como ese estrechamiento en la garganta que dificulta respirar, que te aprisiona.
Pero la ansiedad como ese hormigueo impotente en las piernas, corvas y muslos, directamente conectado con el agarrotamiento en la tráquea.
Y una sensación blanda en el cuerpo.
Seguro que puedes recrear la sensación: estás en la playa, en la piscina, y jugando, alguien quiere alcanzarte, entonces corres dentro del agua, ayudándote de las manos mientras miras hacia atrás de reojo para ver si te pilla, para ver cómo te pilla.
Pero sigues resistiendo como loca, salpicando, inclinándote hacia delante, entre risas desquiciadas... el cazador cada vez más cerca... y hay un segundo en el que, en medio de la lucha, con sus dedos rozándote el gemelo, a punto de agarrarte, te rindes. Claudicas y te dejas atrapar. Y ese preciso segundo es muy dulce.
Observas que era tan fácil... ¿Por qué te resistías?
El psoas es el único músculo que conecta la columna con las piernas. Está relacionado a través de ligamentos y tejido conectivo con el diafragma.
El psoas, el músculo o sede del alma, como lo llaman en oriente, y sigo leyendo: "...estudios recientes consideran además al psoas, un órgano de percepción compuesto por tejido bio-inteligente que encarna, literalmente, nuestro deseo más profundo de supervivencia y de florecer. Es decir, es el mensajero primario del sistema nervioso central, por lo que es considerado también como un portavoz de emociones (“de las mariposas en la tripa”). Esto es debido a que el psoas está conectado con el diafragma a través del tejido conectivo o fascia, por lo se ve afectado tanto en la respiración, como en el miedo reflejo..."
Y sin que nadie me lo diga sé que es este músculo el que me hace estrechar la respiración y la inquietud en las piernas: supervivencia, miedo, emociones, florecer...
La sensación está presente aunque no sueñe con persecuciones. No me hace falta soñar, la observo cada día.
Y lo gracioso es que ya sé que por mucho correr, agobiarme y desear llegar a un lado, no voy a conseguirlo antes. Lo conseguiré cuando me relaje, y deje que pase.
Así que ése es el tema del mes. Echar freno y disfrutar cada uno de los segundos de nuestros días, porque como dice Mrs Willard, así será nuestra vida.
No hay prisa, lo hacemos cuando podamos e intentemos disfrutar cada segundo con lo que estamos haciendo no con lo que deberíamos estar haciendo, o desearíamos, o nos imaginamos en el mundo irreal de todas esas fotos llenas de filtros en las redes sociales.
Así que hagamos que cada día sea fantástico, una hoja en blanco en el que comenzamos de cero una y otra vez.
Aunque te acuerdes de la hoja en blanco a media mañana cuando ya has incumplido varios de los objetivos en los que estás trabajando a nivel personal, espiritual porque ni te has acordado ni has visualizado esta hoja en blanco, vaciando el cerebro, estableciendo tu propósito.
Empezando otra vez desde cero, aunque ayer fuera un desastre, aunque lleves días sin acordarte de la hoja en blanco y pensar en las emociones y sensaciones de los pasados días te hagan sentir como en el centro de un huracán, totalmente descontrolada y a merced de los vientos de tu carácter. .
Una y otra vez. Una y otra vez.
Una película y un estilo de vida. Tal vez no tienen nada que ver pero algo los asoció en la mente.
Capitán Fantastic y el mundo del surf.
Cada cosa bajo mi lupa, claro está. No soy ninguna surfera así que lo que pueda asociar de imágenes, películas y retazos de información que haya almacenado en el disco duro de mi mente a lo largo de los años.
Captain Fantastic, pese a lo utópico, me he divertido con su visión intelectual, anti sistema, ecológica, original, defendiendo ideas propias, relajada, excéntrica...
Por aquí encontrarás energy balls, olores que recuerdan a la playa, sabor salino, color pastel, cuerpos flexibles al aire libre, liberados de las cadenas de bufandas, abrigos, el candado de guantes, el atosigamiento de echarpes y coberturas.
Saca pañuelos, bermudas, camisetas en tonos flúor con rebecas XXL, zapatillas y olores tropicales: monoi, moringa, beach waves en el pelo y camiseta desgastada en pecho. Ese aire alegre, despreocupado, sano, deportista, Nos vamos despidiendo del invierno, increíble pero cierto. Según el Ayurveda, el invierno está regido por el dosha Kapha, cuya esencia sutil es Ojas a desarrollar en Living.
¿Más deberes? Se trata de planificar y soltar si no llegas porque realmente no importa, pero hay que obligarse a materializar tanta idea y buena intención y evitar que siga siendo una mosca cojonera que sólo te echa en cara que siga "pendiente".
Y termino recordando mis paseos de la mañana, la prisa por terminar, no disfrutar del paseo y recuerdo las bellas frases de la monja budista Jeong Kwan:
If you look into yourself, you see past, present, and future. You see that time revolves endlessly. You can see past from the present. By looking into myself, I see my grandmother, my mother, the elders in the temple, and me. As a result, by making soy sauce, I am reliving the wisdom of my ancestors. I am reliving them. It’s not important who or when. What is important is that I’m doing it in the present.
I use soy sauce, and I acknowledge its importance. It is no longer just me that’s doing things. It’s me in the past, in the present, and even in the future. Soy sauce is eternal. It is life itself.
(Si miras en tu interior, ves el pasado, presente y futuro. Ves que el tiempo gira interminablemente. Puedes ver el pasado desde el presente. Mirando dentro d mí, veo a mi abuela, mi madre, mis ancestros en el templo y a mí misma. Mientras hago salsa de soja estoy evocando la sabiduría de mis ancestros, los devuelvo a la vida. No es importante quién o cuándo. Lo que importa es lo que hago en el presente.
Utilizo salsa de soja, y valoro su importancia. No soy simplemente yo la que la prepara, es mi yo pasado, e incluso mi yo futuro. La salsa de soja es eterna, es la vida misma).