ABRIL 2017
Edito
La alegría de estar perdido de abandonar todos esos grupos, compromisos, relaciones que nos asfixian. Soltar la máscara, desaprender el papel.
JOMO es lo contrario de FOMO.
JOMO son las siglas de Joy of Missing Out. La alegría de perderse algo, de no estar enterado. Voy a dedicarme a esto.
Del pánico a perdernos algún evento a la salvaje alegría de no saber nada de nada, de nadie.
De eso va este mes. De saltarnos la consabida costumbre de viajar y evitar contactos sociales. Sí, en el mes de las vacaciones por excelencia y las huidas desesperadas yo elijo hacer un "Macaulay" y me quedo sola en casa.
Organizando, estudiando, descansado, aburriéndome hasta la desesperación (ojalá me da tiempo, pero para que se produzca la alquimia del aburrimiento hacen falta más días), mirando el infinito sin prisa, perdiendo el tiempo... perdiendo el tiempo y volviendo a aquella sensación que tenía de adolescente: una impaciencia desalentadora y llena de ansiedad por la interminable sucesión de días monótonos, iguales, sin ninguna emoción que les diera "sentido".
Ahora es justo lo que busco
He dado mis negativas (que me ha costado dar) y me quedo en casa y apago el móvil para dedicarme a "mis cosas".
Eso que tan bien se me daba de pequeña: encerrarme en un cuarto con mis libros, muñecas, recortables, libretas, revistas y dejarme llevar por la imaginación, soñar despierta, hacer planes, muchos planes, tomar apuntes, perfilar esquemas, con la agenda siempre cerca para establecer timmings...
Todo lleno de papelillos, post it, recortes, tachones, anotaciones y pequeños dibujitos al margen.
JOMO es lo contrario de FOMO.
JOMO son las siglas de Joy of Missing Out. La alegría de perderse algo, de no estar enterado. Voy a dedicarme a esto.
Del pánico a perdernos algún evento a la salvaje alegría de no saber nada de nada, de nadie.
De eso va este mes. De saltarnos la consabida costumbre de viajar y evitar contactos sociales. Sí, en el mes de las vacaciones por excelencia y las huidas desesperadas yo elijo hacer un "Macaulay" y me quedo sola en casa.
Organizando, estudiando, descansado, aburriéndome hasta la desesperación (ojalá me da tiempo, pero para que se produzca la alquimia del aburrimiento hacen falta más días), mirando el infinito sin prisa, perdiendo el tiempo... perdiendo el tiempo y volviendo a aquella sensación que tenía de adolescente: una impaciencia desalentadora y llena de ansiedad por la interminable sucesión de días monótonos, iguales, sin ninguna emoción que les diera "sentido".
Ahora es justo lo que busco
He dado mis negativas (que me ha costado dar) y me quedo en casa y apago el móvil para dedicarme a "mis cosas".
Eso que tan bien se me daba de pequeña: encerrarme en un cuarto con mis libros, muñecas, recortables, libretas, revistas y dejarme llevar por la imaginación, soñar despierta, hacer planes, muchos planes, tomar apuntes, perfilar esquemas, con la agenda siempre cerca para establecer timmings...
Todo lleno de papelillos, post it, recortes, tachones, anotaciones y pequeños dibujitos al margen.
Sentando las bases para que salte ese estado de indolencia y hastío que conduce a los planes más creativos, ideas frescas y estado de fanática locura que me sacude.
Y si no, al menos habré descansado haciendo lo que siempre me quejo de no poder hacer por falta de tiempo.
El caso es que no sé si en algún momento pasé la etapa FOMO (fear of missing out), pero lo que sí me veo es muy instalada en la JOMO.
No me interesan los eventos ajenos, y no me da ninguna angustia ni siento que me voy a perder algo de vital importancia si no estoy online.
De hecho creo que cuanto menos sé, menos quiero saber. Y en cuanto me asomo a la ventana de las redes sociales, me da un vértigo incrédulo al ver todo ese trajín de invitaciones, fiestas, fotos de actividades que buscan engancharte en la próxima, caras de diversión... ¡Basta!
Sin embargo también tengo mis ansiedades y mis Fomos, y me ocurre cuando veo todo lo que tengo que leer, aprender, estudiar, memorizar, descubrir, conocer en persona... El día que me tumbo a no hacer nada o que pierdo el tiempo me entra una angustia terrible. No puedo pasar más de dos días sin escribir alguna cosa de las que considero "productivas", sin avanzar un poco en los varios libros que tengo a medias.
Así que me comprometo a realizar cuatro tareítas tontas, insignificantes y poco estresantes. El tratamiento que os propongo en belleza así lo requiere.
Y la alegría o regocijo no sólo será por estar incomunicada sino por no hacer, de hecho, ningún plan interesante esta Semana Santa. Me espera un panchakarma casero, me esperan días de llenar la casa de apuntes, escritos, planes de lo que quiero "hacer" en casa. Será la alegría de Be Missing, sin dar señales de vida y encerrada como un científico loco, despeinada, con la casa llena de papeles, notitas, libros abiertos.
Entretenida con el vuelo de una mosca.
Y si no, al menos habré descansado haciendo lo que siempre me quejo de no poder hacer por falta de tiempo.
El caso es que no sé si en algún momento pasé la etapa FOMO (fear of missing out), pero lo que sí me veo es muy instalada en la JOMO.
No me interesan los eventos ajenos, y no me da ninguna angustia ni siento que me voy a perder algo de vital importancia si no estoy online.
De hecho creo que cuanto menos sé, menos quiero saber. Y en cuanto me asomo a la ventana de las redes sociales, me da un vértigo incrédulo al ver todo ese trajín de invitaciones, fiestas, fotos de actividades que buscan engancharte en la próxima, caras de diversión... ¡Basta!
Sin embargo también tengo mis ansiedades y mis Fomos, y me ocurre cuando veo todo lo que tengo que leer, aprender, estudiar, memorizar, descubrir, conocer en persona... El día que me tumbo a no hacer nada o que pierdo el tiempo me entra una angustia terrible. No puedo pasar más de dos días sin escribir alguna cosa de las que considero "productivas", sin avanzar un poco en los varios libros que tengo a medias.
Así que me comprometo a realizar cuatro tareítas tontas, insignificantes y poco estresantes. El tratamiento que os propongo en belleza así lo requiere.
Y la alegría o regocijo no sólo será por estar incomunicada sino por no hacer, de hecho, ningún plan interesante esta Semana Santa. Me espera un panchakarma casero, me esperan días de llenar la casa de apuntes, escritos, planes de lo que quiero "hacer" en casa. Será la alegría de Be Missing, sin dar señales de vida y encerrada como un científico loco, despeinada, con la casa llena de papeles, notitas, libros abiertos.
Entretenida con el vuelo de una mosca.
Aburrirnos soberanamente.
Encuentro gran riqueza en el aburrimiento, siempre me ha pasado. Me desespera y de esos momentos de histeria suele salir algo productivo.
No me preguntes el mecanismo que pone en marcha todo esto, seguramente sea muy obvio pero no lo sé.
Y me dedicaré a mis manualidades, ciertos rituales y planes que requieren soledad y tiempo.
Un retiro casero con un plan detallado de alimentación, yoga, lecturas, meditación, paseos y teléfono desconectado.
Un plan que diseñaré estos días para que no tenga que salir de casa nada mas que a que me dé la brisa por el bosque.
Un mes de abril para dedicármelo plenamente. Parada en el segundo trimestre del año para organizar mi espacio físico y mental.
Desconectar y reconectar.
Tal vez los resutados no sean inmediatons, ni lo experimentaré como hasta ahora, pero sin duda algo saldrá de esta etapa de gestación.
Encerrada en casa a cal y canto experimentando, estableciendo las bases para que la alquimia de ideas fugaces surquen mi cerebro como estrellas. Quedarme despierta hasta tarde poseída por el impulso creativo, nervios, ansiedad, y el brillo en la mirada y poder de retención y asimilación, de conexión y lucidez que se da en esos estados.
¡Y Santas Pascuas!
Durante (estos) periodos de relajación, después de una actividad cerebral concentrada, parece que la mente intuitiva asume el mando y es capaz de producir esas repentinas visiones que provocan tanta alegría y deleite.
Fritjof Kapra
¡Y Santas Pascuas!
Durante (estos) periodos de relajación, después de una actividad cerebral concentrada, parece que la mente intuitiva asume el mando y es capaz de producir esas repentinas visiones que provocan tanta alegría y deleite.
Fritjof Kapra