AGOSTO 2016
Moda
Para caminar, andorretear, llenarse del barro del camino y sobretodo ir ligera de equipaje, lo siento pero me niego a llevar nada especial.
Mi maleta, y posterior resultado sobre mi percha, puede ser de echarse a temblar. Un auténtico espanto, comenzando por los zapatos.
Unas zapatillas bastante feas que no pegan nada con los pantalones thai de color salmón a media pierna y la camiseta que pienso sacrificar en el viaje y que no lleva billete de vuelta.
Ropa cómoda (desde luego), fácil de lavar y a la que no le tengo demasiado apego.
Vuelvo a mi época de ir hecha un auténtico cuadro, cuando perdía el tiempo al sol y lo pasaba padre.
Pero es también una liberación no pensar qué te vas a a poner, no estar pendiente del efecto que tendrá tu modelito, si es adecuado, qué imagen vas a dar, como dijo Caitlin Moran:
Las mujeres saben que la ropa es importante (...) porque, cuando una mujer entra en una habitación, su ropa es lo primero que habla, antes incluso de que ella abra la boca. Se juzga a las mujeres por el modo en que visten de una forma que a los hombres les resultaría incomprensible. Ellos jamás han sentido ese momento embarazoso en que alguien evalúa lo que llevas, y luego empieza a hablarte en tono condescendiente, o a mirarte con lujuria, o supone que no vas a "entender" la conversación -sea de trabajo, de la crianza de tus hijos, o de cultura- sólo por el modelo que te has puesto ese día.
"¡Un momento!", te gustaría decir a menudo. "Si hubiera venido con mi chaqueta universitaria de pana en vez de con este vestido para llevar a las niñas al colegio, ¡me incluiríais en vuestra conversación sobre Jung! Si pudierais ver mis "zapatos políticamente comprometidos", ¡no me hablaríais así de Tony Benn!(...)
Así que cuando, las mujeres se preocupan por la mañana de qué van a ponerse, no es porque queramos ser un icono de la moda internacional. (...)
No. Lo que estamos intentando dilucidar es si todo el mundo va a "entender" ese día lo que llevamos puesto; si estamos "diciendo" lo correcto en una conversación llena de pequeños matices.
Pues de esto te olvidas (no del todo, ya está interiorizado, pero tendrás que hacer por dónde), y aprovechar para hacer alguna adquisición sobre la marcha y dejarte prendas doradas por el camino.
Este es el tema de moda de agosto: antimoda. Cómodo, práctico, útil... Y no es obligatorio, pero en mi caso eso significa antiestético. Aunque reconozco que en el fondo me divierte, me encanta veme pintas, hecha un cuadro, y pasar de todo y no avanzarme con mi presencia (por lo menos en plan glamuroso).
En agosto es lo primero que pilles, que esté limpio y que permita horas de asiento en un tren en posturas variadas.
Mi maleta, y posterior resultado sobre mi percha, puede ser de echarse a temblar. Un auténtico espanto, comenzando por los zapatos.
Unas zapatillas bastante feas que no pegan nada con los pantalones thai de color salmón a media pierna y la camiseta que pienso sacrificar en el viaje y que no lleva billete de vuelta.
Ropa cómoda (desde luego), fácil de lavar y a la que no le tengo demasiado apego.
Vuelvo a mi época de ir hecha un auténtico cuadro, cuando perdía el tiempo al sol y lo pasaba padre.
Pero es también una liberación no pensar qué te vas a a poner, no estar pendiente del efecto que tendrá tu modelito, si es adecuado, qué imagen vas a dar, como dijo Caitlin Moran:
Las mujeres saben que la ropa es importante (...) porque, cuando una mujer entra en una habitación, su ropa es lo primero que habla, antes incluso de que ella abra la boca. Se juzga a las mujeres por el modo en que visten de una forma que a los hombres les resultaría incomprensible. Ellos jamás han sentido ese momento embarazoso en que alguien evalúa lo que llevas, y luego empieza a hablarte en tono condescendiente, o a mirarte con lujuria, o supone que no vas a "entender" la conversación -sea de trabajo, de la crianza de tus hijos, o de cultura- sólo por el modelo que te has puesto ese día.
"¡Un momento!", te gustaría decir a menudo. "Si hubiera venido con mi chaqueta universitaria de pana en vez de con este vestido para llevar a las niñas al colegio, ¡me incluiríais en vuestra conversación sobre Jung! Si pudierais ver mis "zapatos políticamente comprometidos", ¡no me hablaríais así de Tony Benn!(...)
Así que cuando, las mujeres se preocupan por la mañana de qué van a ponerse, no es porque queramos ser un icono de la moda internacional. (...)
No. Lo que estamos intentando dilucidar es si todo el mundo va a "entender" ese día lo que llevamos puesto; si estamos "diciendo" lo correcto en una conversación llena de pequeños matices.
Pues de esto te olvidas (no del todo, ya está interiorizado, pero tendrás que hacer por dónde), y aprovechar para hacer alguna adquisición sobre la marcha y dejarte prendas doradas por el camino.
Este es el tema de moda de agosto: antimoda. Cómodo, práctico, útil... Y no es obligatorio, pero en mi caso eso significa antiestético. Aunque reconozco que en el fondo me divierte, me encanta veme pintas, hecha un cuadro, y pasar de todo y no avanzarme con mi presencia (por lo menos en plan glamuroso).
En agosto es lo primero que pilles, que esté limpio y que permita horas de asiento en un tren en posturas variadas.
Dhoti
Es la vestimenta típica de los hombres en algunas zonas de la India. Pero también apto para mujeres. Se pone como un pareo y queda perfecto con una camiseta blanca sencilla.
Y el toque final, siempre, un pañuelo. Perfecto si es blanco, lo puedes poner a modo de capa, con los dos extremos colgando por tus hombros, envuelta en él lateralmente como un escudo, a la manera tradicional sobre los hombros en triángulo y enganchado en la cintura...
Un adorno: un mala de sándalo rojo. También lo puedes utilizar enrrollado en la muñeca.
Para días de playa:
Días de playa y amigos, de arroces en un chiringuito frente al mar, de escapadas íntimas a la cala remota, de charlas hasta tarde, de paseos marinos, de descubrimientos, de piel mojada y reseca, de sangría, sandía y sardinas, de no hacer nada, de no hacer nada...
Ropa suelta y ligera, zapato plano, sombreros de colores, pendientes de hueso y una cazadora para el anochecer.
Ropa suelta y ligera, zapato plano, sombreros de colores, pendientes de hueso y una cazadora para el anochecer.