ABRIL
Fragmentos literarios
El fin es mi principio.
Tiziano Terzani.
El verdadero deseo, si se quiere tener uno, es el de ser uno mismo. Lo único que uno puede desear es dejar de tener elección, porque la verdadera elección no es la que se hace entre dos dentífricos, entre dos mujeres o entre dos coches. La verdadera elección es la de ser tú mismo. Si te acostumbras o haces ejercicios, si reflexionas, ves que esos deseos son una forma de esclavitud. Porque cuanto más deseas, más limitaciones te creas. Deseas una cosa hasta el punto de que no piensas en nada más, no haces nada más, te vuelves esclavo de ese deseo.
TIZIANO: (...) Por cierto, ¿qué pensáis hacer con mi cuerpo? (...)
FOLCO: Di tú lo que quieres. Al menos hasta ahí puedes decidir tú.
TIZIANO: Es cosa vuestra.
FOLCO: No, eso todavía es asunto tuyo. El cuerpo es tuyo.
TIZIANO: No, no. La ceremonia sirve para "gestionar el dolor".
TIZIANO: (...) Piensa que nunca he tenido un gran amigo en ese sentido de la amistad en cuanto apoyo, como refugio. He tenido muchos amigos, como suele decirse, unos más importantes que otros, que han aportado cosas a mi vida y de quienes he aprendido mucho. Bernardo Valli es importante y, más tarde, al final de la vida, Leopold fue también un gran compañero de viajes. En el fondo, para mí los amigos eran compañeros de juegos, hermosos juegos, maravillosos juegos de la vida, pero no verdaderas presencias que tuvieran un gran valor en la economía de mi existencia. (...) Pensándolo bien, no experimentaba esa gran necesidad que tienen muchos de tener un amigo. Sí, buenas relaciones, muy gratas, entre hombres. Pero, en el fondo, podía pasar perfectamente sin ellas.
En la vida, si tienes ocasión de no repetirte, aprovéchala.
De la misma manera, cuando en la vida empiezas a dar pasos equivocados, porque no has comprendido quién eres, o porque te ves empujado por las circunstancias, o porque quieres ser como los demás, es un caos. Porque ese paso determina otro paso, y luego otro, y otro. Y es muy difícil volver atrás.
Pero es necesario para comprender quién eres, no es tan sencillo.
TIZIANO: No, no hay futuro. El futuro es una caja vacía en la que metes todas tus ilusiones.
Todo lo que no has hecho, todo lo que hubieras querido hacer... ¡puf, puf, puf! lo metes en el futuro. Y el pasado es sólo memoria, una caja cerrada donde has metido lo que te gusta y de la cual has sacado lo que no quieres. En el fondo, el pasado también es inexistente.
Lo único real es que ahora estamos aquí, en el césped.
Ahora. Aquí.
Ahora estamos aquí.
TIZIANO: (...) Ahí tienes otro caso en el que es preciso aceptar la diversidad. Si te impones enseguida, si impones tus reglas... "¡qué escándalo, mira que escaparse!"..., lo estropeas todo. En cambio, si largas algo de cabo, si confías y permites que el otro encuentre su manera de ser... Además, no había hecho ninguna tontería. Siempre hay un riesgo, pero a veces uno debe experimentar, debe salir de los caminos trazados por otros.
... ¿Qué es una ciudad? ¿Las cosas, las luces, las calles que se han trazado, como las líneas del destino en la palma de una mano, o el recuerdo que se tiene de las emociones sentidas allí?
La suerte cambia. Es así y no hay más vueltas que darle. Se trata de resistir hasta que cambia de nuevo.
La educación debería empezar por enseñar el valor de la no violencia, que además tiene relación con todo: con ser vegetariano, con respetar el mundo, con pensar que esta tierra no te la han dado a ti, que es de todas y tú no puedes dedicarte impunemente a cortar y hacer agujeros. El problema es, a mi entender, que todo el sistema está articulado de modo que el hombre, sin siquiera percatarse de ello, comienza desde pequeño a adentrarse en una mentalidad que le impide pensar cualquier otra cosa diferente. Al final ya ni siquiera hay necesidad de dictadura, porque la dictadura es la del colegio, la de la televisión, la de lo que te enseñan. Si apagas la televisión, ganas la libertad.
Libertad. Ya no la hay. No me canso de repetirlo: nunca hemos sido tan poco libres, pese a la aparente gran libertad de comprar, de follar, de elegir entre diferentes dentífricos, entre cuarenta mil coches, entre móviles que también hacen fotos. Ya no tienes la libertad de ser quien eres. Porque todo está ya previsto, todo está encauzado, y salirse de ahí no es fácil, crea conflictos. ¿Cuánta gente es rechazada por el sistema, cuánta es marginada porque no encaja en el modelo? ¡Si hiciera otras cosas...! Pero no hay nada más, sólo presión hacia el mercado (...)
¡Y esa maldita historia de la libertad! En la actualidad la hemos reducido enormemente, tanto, que acabamos por vivir sólo en los márgenes de nuestra libertad a causa de todo lo que es automático en nuestra manera de pensar, de reaccionar, de hacer las cosas. Ésa es la gran tragedia. Y hoy las escuelas no están hechas para enseñar a los niños a pensar, sino para enseñar a los niños a sobrevivir, para enseñarles cosas con las que más adelante encontrarán trabajo en un banco. Y cuando te sales de ellos estás condicionado. Repites modelos preestablecidos. No es nada fácil intentar algo.
En nuestros días, el hombre se encuentra sometido a la economía. Toda su vida está determinada por la economía.
¡El hombre es penoso, penoso! Milenios para no avanzar nada. El mundo está lleno de violencia, de egoísmo, el hombre no ha dado ni un paso adelante. Espiritualmente se mantiene igual, idéntico. Tiene miedo de la muerte, tiene miedo de todo, se siente inseguro, no sabe quién es. Sitúa a Dios ahí afuera.
Krishnamurti pensaba que el conocimiento es nuestra mayor limitación. El conocimiento, que debería ayudarnos a crecer, a cambiar, es una limitación, una trampa, porque la mente está condicionada por todo cuanto sabe y no puede dar saltos mortales, está acostumbrada a eso. A ese respecto, Krishnamurti dice algo muy bonito: hay que liberarse del conocimiento. Sólo si te liberas del conocimiento puedes descubrir algo; de lo contrario, te repites.
Una acción, una verdadera acción puede ser fruto de una gran reflexión. De otro modo, no tiene ningún sentido, es simplemente una distracción.
¡Madre mía, cuántos papeles he desempañado! Te pones tantas máscaras que al final te ahogan. Hasta que un día dices: "¡Buf, ésta la tiro!" (...)
Me preguntas quién soy. Bien, he sido ante todo muchas máscaras, todas verdaderas y todas falsas, porque con el tiempo cambian y se convierten en otra. No hay permanencia, eso es una verdad que todos los sabios han comprendido. Nada es permanente en esta vida, nada. ¿A santo de qué pretendes tú ser permanente? ¿Quién te ha dicho tal cosa?
...el valor es la superación del miedo.
Y todavía más completo es integrar el mal con el bien, la muerte con la vida. Porque, si lo has comprendido no sólo con la cabeza, si "de verdad" consigues integrarlos, entonces has sentido con el corazón, con la intuición, la quintaesencia del universo. Lo sientes si has comprendido que no hay diferencia, que los asura son como los deva, los demonios son como los dioses, que en apariencia se enfrentan pero al final son lo mismo.
FOLCO: Me pregunto si la iluminación no será precisamente llegar a contemplar el mundo tal como es y verlo perfecto.
TIZIANO: Ah, sí, si, muy bien. Estoy totalmente de acuerdo.
FOLCO: O sea, ver que no hay nada que cambiar. Que el embrutecimiento, las torturas en Irak, el hecho de que el agua salga demasiado caliente de la ducha, todo es exactamente como debe ser.
TIZIANO: Me sorprende esa definición. Quizá no sea correcta, quizá tengas razón. Es más, me sorprende esa idea tuya, porque quizás es así. Porque en mi aspiración a una hora mejor, más espiritual, también hay deseo; y además, una cosa todavía más terrible, hay devenir. Eres tú quien está en lo cierto, sí. Comprender que es perfecto. Y que no deviene.
Nunca he considerado mi papel de padre como el de alguien que hacía monerías a los niños, que los llevaba a la piscina o a jugar a la pelota. En absoluto. Para mí, el papel de padre era el de alguien que sembraba recuerdos, que sembraba experiencias, olores, imágenes de belleza y medidas de grandeza que os ayudarían. Mi modo de llevaros por ahí tenía también esa finalidad. Nunca he pretendido ser sino un sembrador de bellos recuerdos.
FOLCO: Hay que salirse de la norma.
TIZIANO: ¡Siempre fuera de la norma! Ése es el tema del Viejo, de Krishnamurti y de muchos más: "La verdad es una tierra sin senderos". Caminos, encuentros. No hay nadie que te diga: "Mira, el sendero para llegar a la verdad es ése". No sería la verdad. Si te quedas en lo conocido, nunca descubrirás nada nuevo. ¿Qué debes hacer? Si viajas por los rieles de lo conocido, te quedas en lo conocido. Y lo mismo sucede cuando buscas. Si sabes lo que buscas, nunca encontrarás lo que no buscas... y que quizás es justo lo que cuenta ¿no? Es un extraño proceso que exige una gran determinación, porque implica renuncia, ausencia de certezas. Es cómodo abandonarse a lo conocido ¿no? A las 8 sale el tren, a las 9 abre el banco, pórtate bien, no robes y todo eso. Pero si sales de lo conocido y buscas caminos no totalmente trillados o, como decía, te los inventas, tienes la posibilidad de descubrir algo extraordinario.
TIZIANO: A veces hay que arriesgarse, hacer otras cosas. Es preciso renunciar a algunas garantías porque también son condiciones.
FOLCO: ¿Las garantías son condiciones?
TIZIANO: Cada garantía es una condición ¿no? Si quieres cobrar una pensión, tienes que trabajar toda la vida para obtenerla. Si quieres tener un seguro de enfermedad privado, has de pagarlo (...) No eres libre, porque una garantía es una condición, una limitación. Pero, en mi opinión, en todas las cosas hay siempre un camino intermedio. No hace falta ni renunciar a todo ni quererlo todo. Basta con tener claro qué estás haciendo, cuáles son los compromisos. Hay una trampa. Y tú eres el ratón. Cuidado, la trampa está puesta para ti. tu trampa es esa casa, ese piso (...).
FOLCO: ¿Y qué debe hacer el ratón para no caer en la trampa?
TIZIANO: Lo del gandhismo: ayuno, renunciar al exceso de deseos.
FOLCO: ¿Es necesario irse siempre tan lejos? También hay experiencias a la vuelta de la esquina ¿no? Depende un poco de la actitud que uno tenga.
TIZIANO: De acuerdo, pero esa actitud cambia precisamente ante las situaciones. Si vas a trabajar a un hospital al Congo, ¿sabes con cuántas experiencias podrías volver? Se requiere valor, se requiere determinación, se requiere imaginación, pero las posibilidades existen. No es verdad que todas las puertas estén cerradas y todos los sitios ocupados. ¡En absoluto! A mí me parece que lo más bonito que un joven puede hacer es inventarse un trabajo que se adapte a sus aptitudes, a sus aspiraciones, a su alegría, y además, sin ese darse por vencido que parece tan necesario para sobrevivir. "Ah, yo no puedo porque..." Todo el mundo puede. ¿Comprendes lo que digo? ¡Hay que inventárselo! Y es posible, ya lo creo que es posible.
Y a mi entender la regla es: cuando te encuentres en un cruce y una calle va hacia arriba y otra hacia abajo, toma la primera, la que va hacia arriba. Es más fácil andar cuesta abajo, pero al final vas a parar a un agujero. En la subida hay esperanza. Es difícil, es otra manera de hacer las cosas, es un reto, te mantiene alerta. La otra cosa que repito, y espero que la comprendas, es que debes ser consciente de lo que te pasa. No tomártelo a la ligera. Es preciso estar alerta y tomarse momentos de soledad, de silencio, de reflexión, de desapego. Y mirar.
Recuerda esto, Saskia: no intentes nunca repetirte. ¡Y vive ahora! El pasado es simplemente un recuerdo, no existe. Son tus recuerdos acumulados, reordenados, falseados. Ahora, en cambio, no falseas nada. Lo que esperas del futuro es una caja repleta de ilusiones, vacía. ¿Quién te dice que se llenará? "ahora trabajo, luego me jubilaré e iré a pescar". ¿Quién sabe si aún habrá peces? La vida sucede en este momento y en este momento es cuando uno tiene que saber disfrutar de ella.
Creo que la vida de eremita que llevé durante algún tiempo me puso en contacto con la sensación de la increíble permanencia de todo. Esa constatación de que todo es impermanente es lo más hermoso del mundo. Eso y aceptar lo que Asia comprendió hace tiempo: que no hay alegría sin sufrimiento, que no hay placer sin disgusto. Entonces te desligas, te alejas, no con indiferencia hacia los demás, a los que quizás quieras, aunque sí sin ser esclavo de ellos, porque la vida de todos aquellos a quienes quieres también pasa. Y este maravillosos e inmenso cementerio que es la Tierra continuará. Todo está aquí. Estiércol y cenizas. Luego, vuelve a ser prado.
Mirar el mundo de otro modo. Míralo a tu manera, de un modo más sensible. Está ahí, es maravilloso. Sin embargo, todos lo miramos de la misma forma y cada día lo miramos más a través de esos malditos instrumentos tecnológicos. Ya no miramos el mundo como es y no lo hacemos con nuestros ojos. Saskia (...) detente de vez en cuando. Detente y déjate invadir por la sensación de maravilla ante el mundo (...) Pero ¿quién lo hace?
¡Ring-Riiing! ¡Moc, moc, moc! ¡Bruuumm-brumm! ¡Bummm! Y el mundo pasa. Pasan millones de hormigas maravillosas, de mariposas, de briznas de hierba, y no te has enterado. Un tren que avanza por un túnel. Y has perdido una oportunidad, la de hacerte mejor, la de enriquecerte (...)
Cuando la gente tiene un problema, en lugar de detenerse, en lugar de permanecer en silencio escuchando la voz del corazón, sale, se mezcla con la multitud, va al cine para aturdirse, para olvidar. Hace cosas así en vez de detenerse. hasta que un día llega...llega.
SASKIA: Sí, antes o después llega el desánimo.
TIZIANO: De una manera u otra, sale fuera. Y no estás preparado, no dispones de los instrumentos, no te has preparado. Así que, cuando tengas un problema, detente, detente. Escúchalo y trata de encontrar la respuesta dentro de ti. Porque está. Dentro de ti hay algo que te mantiene unida, que te ayuda, hay una vocecita. Escúchala.
...La economía se ha vuelto en el criterio principal de todo, no hay otros valores. ¿Por qué producir cada vez más, generar cada vez más deshechos? Hay algo perverso en el modo en que el hombre se ve a sí mismo en el mundo. ¡No se ve! Ha perdido realmente la conexión cósmica. se ve aquí, en su pequeña esfera. Sólo ve su pequeño mundo, no se ve en relación con el gran mundo.
...como decía Coleman, "he visto a muchas gallinas estar sentadas horas y horas sobre la puesta, pero no he visto ni a una sola convertirse en una iluminada". El problema no es estar sentado, el problema es entrar, de manera totalmente consciente, por impulso interior, en una dimensión en la cual percibes que las cosas no son como se nos parecen, que existe otro nivel. Y eso te consuela, te anima, es a lo que recurres, a lo que puedes volver.
Y sólo concentrándote y dejando fuera lo que está fuera... Todo lo que está fuera lo dejas fuera de ti, fuera, fuera... los ruidos, los pájaros, las pasiones, las decepciones...fuera, todo fuera. Y queda ese núcleo vacío que eres tú. O, al menos, no el tú Folco, sino ese tú que forma parte de esa cosa que ni siquiera es la humanidad, es el cosmos.
Y cuando empiezas a verlas así, las cosas cambian.
TIZIANO: (...) Por cierto, ¿qué pensáis hacer con mi cuerpo? (...)
FOLCO: Di tú lo que quieres. Al menos hasta ahí puedes decidir tú.
TIZIANO: Es cosa vuestra.
FOLCO: No, eso todavía es asunto tuyo. El cuerpo es tuyo.
TIZIANO: No, no. La ceremonia sirve para "gestionar el dolor".
TIZIANO: (...) Piensa que nunca he tenido un gran amigo en ese sentido de la amistad en cuanto apoyo, como refugio. He tenido muchos amigos, como suele decirse, unos más importantes que otros, que han aportado cosas a mi vida y de quienes he aprendido mucho. Bernardo Valli es importante y, más tarde, al final de la vida, Leopold fue también un gran compañero de viajes. En el fondo, para mí los amigos eran compañeros de juegos, hermosos juegos, maravillosos juegos de la vida, pero no verdaderas presencias que tuvieran un gran valor en la economía de mi existencia. (...) Pensándolo bien, no experimentaba esa gran necesidad que tienen muchos de tener un amigo. Sí, buenas relaciones, muy gratas, entre hombres. Pero, en el fondo, podía pasar perfectamente sin ellas.
En la vida, si tienes ocasión de no repetirte, aprovéchala.
De la misma manera, cuando en la vida empiezas a dar pasos equivocados, porque no has comprendido quién eres, o porque te ves empujado por las circunstancias, o porque quieres ser como los demás, es un caos. Porque ese paso determina otro paso, y luego otro, y otro. Y es muy difícil volver atrás.
Pero es necesario para comprender quién eres, no es tan sencillo.
TIZIANO: No, no hay futuro. El futuro es una caja vacía en la que metes todas tus ilusiones.
Todo lo que no has hecho, todo lo que hubieras querido hacer... ¡puf, puf, puf! lo metes en el futuro. Y el pasado es sólo memoria, una caja cerrada donde has metido lo que te gusta y de la cual has sacado lo que no quieres. En el fondo, el pasado también es inexistente.
Lo único real es que ahora estamos aquí, en el césped.
Ahora. Aquí.
Ahora estamos aquí.
TIZIANO: (...) Ahí tienes otro caso en el que es preciso aceptar la diversidad. Si te impones enseguida, si impones tus reglas... "¡qué escándalo, mira que escaparse!"..., lo estropeas todo. En cambio, si largas algo de cabo, si confías y permites que el otro encuentre su manera de ser... Además, no había hecho ninguna tontería. Siempre hay un riesgo, pero a veces uno debe experimentar, debe salir de los caminos trazados por otros.
... ¿Qué es una ciudad? ¿Las cosas, las luces, las calles que se han trazado, como las líneas del destino en la palma de una mano, o el recuerdo que se tiene de las emociones sentidas allí?
La suerte cambia. Es así y no hay más vueltas que darle. Se trata de resistir hasta que cambia de nuevo.
La educación debería empezar por enseñar el valor de la no violencia, que además tiene relación con todo: con ser vegetariano, con respetar el mundo, con pensar que esta tierra no te la han dado a ti, que es de todas y tú no puedes dedicarte impunemente a cortar y hacer agujeros. El problema es, a mi entender, que todo el sistema está articulado de modo que el hombre, sin siquiera percatarse de ello, comienza desde pequeño a adentrarse en una mentalidad que le impide pensar cualquier otra cosa diferente. Al final ya ni siquiera hay necesidad de dictadura, porque la dictadura es la del colegio, la de la televisión, la de lo que te enseñan. Si apagas la televisión, ganas la libertad.
Libertad. Ya no la hay. No me canso de repetirlo: nunca hemos sido tan poco libres, pese a la aparente gran libertad de comprar, de follar, de elegir entre diferentes dentífricos, entre cuarenta mil coches, entre móviles que también hacen fotos. Ya no tienes la libertad de ser quien eres. Porque todo está ya previsto, todo está encauzado, y salirse de ahí no es fácil, crea conflictos. ¿Cuánta gente es rechazada por el sistema, cuánta es marginada porque no encaja en el modelo? ¡Si hiciera otras cosas...! Pero no hay nada más, sólo presión hacia el mercado (...)
¡Y esa maldita historia de la libertad! En la actualidad la hemos reducido enormemente, tanto, que acabamos por vivir sólo en los márgenes de nuestra libertad a causa de todo lo que es automático en nuestra manera de pensar, de reaccionar, de hacer las cosas. Ésa es la gran tragedia. Y hoy las escuelas no están hechas para enseñar a los niños a pensar, sino para enseñar a los niños a sobrevivir, para enseñarles cosas con las que más adelante encontrarán trabajo en un banco. Y cuando te sales de ellos estás condicionado. Repites modelos preestablecidos. No es nada fácil intentar algo.
En nuestros días, el hombre se encuentra sometido a la economía. Toda su vida está determinada por la economía.
¡El hombre es penoso, penoso! Milenios para no avanzar nada. El mundo está lleno de violencia, de egoísmo, el hombre no ha dado ni un paso adelante. Espiritualmente se mantiene igual, idéntico. Tiene miedo de la muerte, tiene miedo de todo, se siente inseguro, no sabe quién es. Sitúa a Dios ahí afuera.
Krishnamurti pensaba que el conocimiento es nuestra mayor limitación. El conocimiento, que debería ayudarnos a crecer, a cambiar, es una limitación, una trampa, porque la mente está condicionada por todo cuanto sabe y no puede dar saltos mortales, está acostumbrada a eso. A ese respecto, Krishnamurti dice algo muy bonito: hay que liberarse del conocimiento. Sólo si te liberas del conocimiento puedes descubrir algo; de lo contrario, te repites.
Una acción, una verdadera acción puede ser fruto de una gran reflexión. De otro modo, no tiene ningún sentido, es simplemente una distracción.
¡Madre mía, cuántos papeles he desempañado! Te pones tantas máscaras que al final te ahogan. Hasta que un día dices: "¡Buf, ésta la tiro!" (...)
Me preguntas quién soy. Bien, he sido ante todo muchas máscaras, todas verdaderas y todas falsas, porque con el tiempo cambian y se convierten en otra. No hay permanencia, eso es una verdad que todos los sabios han comprendido. Nada es permanente en esta vida, nada. ¿A santo de qué pretendes tú ser permanente? ¿Quién te ha dicho tal cosa?
...el valor es la superación del miedo.
Y todavía más completo es integrar el mal con el bien, la muerte con la vida. Porque, si lo has comprendido no sólo con la cabeza, si "de verdad" consigues integrarlos, entonces has sentido con el corazón, con la intuición, la quintaesencia del universo. Lo sientes si has comprendido que no hay diferencia, que los asura son como los deva, los demonios son como los dioses, que en apariencia se enfrentan pero al final son lo mismo.
FOLCO: Me pregunto si la iluminación no será precisamente llegar a contemplar el mundo tal como es y verlo perfecto.
TIZIANO: Ah, sí, si, muy bien. Estoy totalmente de acuerdo.
FOLCO: O sea, ver que no hay nada que cambiar. Que el embrutecimiento, las torturas en Irak, el hecho de que el agua salga demasiado caliente de la ducha, todo es exactamente como debe ser.
TIZIANO: Me sorprende esa definición. Quizá no sea correcta, quizá tengas razón. Es más, me sorprende esa idea tuya, porque quizás es así. Porque en mi aspiración a una hora mejor, más espiritual, también hay deseo; y además, una cosa todavía más terrible, hay devenir. Eres tú quien está en lo cierto, sí. Comprender que es perfecto. Y que no deviene.
Nunca he considerado mi papel de padre como el de alguien que hacía monerías a los niños, que los llevaba a la piscina o a jugar a la pelota. En absoluto. Para mí, el papel de padre era el de alguien que sembraba recuerdos, que sembraba experiencias, olores, imágenes de belleza y medidas de grandeza que os ayudarían. Mi modo de llevaros por ahí tenía también esa finalidad. Nunca he pretendido ser sino un sembrador de bellos recuerdos.
FOLCO: Hay que salirse de la norma.
TIZIANO: ¡Siempre fuera de la norma! Ése es el tema del Viejo, de Krishnamurti y de muchos más: "La verdad es una tierra sin senderos". Caminos, encuentros. No hay nadie que te diga: "Mira, el sendero para llegar a la verdad es ése". No sería la verdad. Si te quedas en lo conocido, nunca descubrirás nada nuevo. ¿Qué debes hacer? Si viajas por los rieles de lo conocido, te quedas en lo conocido. Y lo mismo sucede cuando buscas. Si sabes lo que buscas, nunca encontrarás lo que no buscas... y que quizás es justo lo que cuenta ¿no? Es un extraño proceso que exige una gran determinación, porque implica renuncia, ausencia de certezas. Es cómodo abandonarse a lo conocido ¿no? A las 8 sale el tren, a las 9 abre el banco, pórtate bien, no robes y todo eso. Pero si sales de lo conocido y buscas caminos no totalmente trillados o, como decía, te los inventas, tienes la posibilidad de descubrir algo extraordinario.
TIZIANO: A veces hay que arriesgarse, hacer otras cosas. Es preciso renunciar a algunas garantías porque también son condiciones.
FOLCO: ¿Las garantías son condiciones?
TIZIANO: Cada garantía es una condición ¿no? Si quieres cobrar una pensión, tienes que trabajar toda la vida para obtenerla. Si quieres tener un seguro de enfermedad privado, has de pagarlo (...) No eres libre, porque una garantía es una condición, una limitación. Pero, en mi opinión, en todas las cosas hay siempre un camino intermedio. No hace falta ni renunciar a todo ni quererlo todo. Basta con tener claro qué estás haciendo, cuáles son los compromisos. Hay una trampa. Y tú eres el ratón. Cuidado, la trampa está puesta para ti. tu trampa es esa casa, ese piso (...).
FOLCO: ¿Y qué debe hacer el ratón para no caer en la trampa?
TIZIANO: Lo del gandhismo: ayuno, renunciar al exceso de deseos.
FOLCO: ¿Es necesario irse siempre tan lejos? También hay experiencias a la vuelta de la esquina ¿no? Depende un poco de la actitud que uno tenga.
TIZIANO: De acuerdo, pero esa actitud cambia precisamente ante las situaciones. Si vas a trabajar a un hospital al Congo, ¿sabes con cuántas experiencias podrías volver? Se requiere valor, se requiere determinación, se requiere imaginación, pero las posibilidades existen. No es verdad que todas las puertas estén cerradas y todos los sitios ocupados. ¡En absoluto! A mí me parece que lo más bonito que un joven puede hacer es inventarse un trabajo que se adapte a sus aptitudes, a sus aspiraciones, a su alegría, y además, sin ese darse por vencido que parece tan necesario para sobrevivir. "Ah, yo no puedo porque..." Todo el mundo puede. ¿Comprendes lo que digo? ¡Hay que inventárselo! Y es posible, ya lo creo que es posible.
Y a mi entender la regla es: cuando te encuentres en un cruce y una calle va hacia arriba y otra hacia abajo, toma la primera, la que va hacia arriba. Es más fácil andar cuesta abajo, pero al final vas a parar a un agujero. En la subida hay esperanza. Es difícil, es otra manera de hacer las cosas, es un reto, te mantiene alerta. La otra cosa que repito, y espero que la comprendas, es que debes ser consciente de lo que te pasa. No tomártelo a la ligera. Es preciso estar alerta y tomarse momentos de soledad, de silencio, de reflexión, de desapego. Y mirar.
Recuerda esto, Saskia: no intentes nunca repetirte. ¡Y vive ahora! El pasado es simplemente un recuerdo, no existe. Son tus recuerdos acumulados, reordenados, falseados. Ahora, en cambio, no falseas nada. Lo que esperas del futuro es una caja repleta de ilusiones, vacía. ¿Quién te dice que se llenará? "ahora trabajo, luego me jubilaré e iré a pescar". ¿Quién sabe si aún habrá peces? La vida sucede en este momento y en este momento es cuando uno tiene que saber disfrutar de ella.
Creo que la vida de eremita que llevé durante algún tiempo me puso en contacto con la sensación de la increíble permanencia de todo. Esa constatación de que todo es impermanente es lo más hermoso del mundo. Eso y aceptar lo que Asia comprendió hace tiempo: que no hay alegría sin sufrimiento, que no hay placer sin disgusto. Entonces te desligas, te alejas, no con indiferencia hacia los demás, a los que quizás quieras, aunque sí sin ser esclavo de ellos, porque la vida de todos aquellos a quienes quieres también pasa. Y este maravillosos e inmenso cementerio que es la Tierra continuará. Todo está aquí. Estiércol y cenizas. Luego, vuelve a ser prado.
Mirar el mundo de otro modo. Míralo a tu manera, de un modo más sensible. Está ahí, es maravilloso. Sin embargo, todos lo miramos de la misma forma y cada día lo miramos más a través de esos malditos instrumentos tecnológicos. Ya no miramos el mundo como es y no lo hacemos con nuestros ojos. Saskia (...) detente de vez en cuando. Detente y déjate invadir por la sensación de maravilla ante el mundo (...) Pero ¿quién lo hace?
¡Ring-Riiing! ¡Moc, moc, moc! ¡Bruuumm-brumm! ¡Bummm! Y el mundo pasa. Pasan millones de hormigas maravillosas, de mariposas, de briznas de hierba, y no te has enterado. Un tren que avanza por un túnel. Y has perdido una oportunidad, la de hacerte mejor, la de enriquecerte (...)
Cuando la gente tiene un problema, en lugar de detenerse, en lugar de permanecer en silencio escuchando la voz del corazón, sale, se mezcla con la multitud, va al cine para aturdirse, para olvidar. Hace cosas así en vez de detenerse. hasta que un día llega...llega.
SASKIA: Sí, antes o después llega el desánimo.
TIZIANO: De una manera u otra, sale fuera. Y no estás preparado, no dispones de los instrumentos, no te has preparado. Así que, cuando tengas un problema, detente, detente. Escúchalo y trata de encontrar la respuesta dentro de ti. Porque está. Dentro de ti hay algo que te mantiene unida, que te ayuda, hay una vocecita. Escúchala.
...La economía se ha vuelto en el criterio principal de todo, no hay otros valores. ¿Por qué producir cada vez más, generar cada vez más deshechos? Hay algo perverso en el modo en que el hombre se ve a sí mismo en el mundo. ¡No se ve! Ha perdido realmente la conexión cósmica. se ve aquí, en su pequeña esfera. Sólo ve su pequeño mundo, no se ve en relación con el gran mundo.
...como decía Coleman, "he visto a muchas gallinas estar sentadas horas y horas sobre la puesta, pero no he visto ni a una sola convertirse en una iluminada". El problema no es estar sentado, el problema es entrar, de manera totalmente consciente, por impulso interior, en una dimensión en la cual percibes que las cosas no son como se nos parecen, que existe otro nivel. Y eso te consuela, te anima, es a lo que recurres, a lo que puedes volver.
Y sólo concentrándote y dejando fuera lo que está fuera... Todo lo que está fuera lo dejas fuera de ti, fuera, fuera... los ruidos, los pájaros, las pasiones, las decepciones...fuera, todo fuera. Y queda ese núcleo vacío que eres tú. O, al menos, no el tú Folco, sino ese tú que forma parte de esa cosa que ni siquiera es la humanidad, es el cosmos.
Y cuando empiezas a verlas así, las cosas cambian.